¿Sabías que en el mundo existen más de 10.000 variedades de tomates? Aunque en nuestro país su consumo se reduce a unas pocas, actualmente el cultivo ecológico intenta recuperar muchas de ellas. Y en pleno apogeo de su temporada estival, ¡te traemos tres recetas a base de tomate para que exprimas y potencies todo su sabor!
La salsa de tomate es el pilar de una gran variedad de recetas de la gastronomía mediterránea y en su presencia, el pan o la cuchara serán necesarios para rebañar el plato. Te contamos cómo preparar su versión casera con tomates de temporada.
Ingredientes:
Las proporciones pueden variar en función de la cantidad que se necesite. Cuando el tomate se cuece, encoge mucho y un kilo de tomates, aunque parezca mucho, se reducirá a solo 300 gramos de salsa.
Elaboración:
Comenzaremos lavando los tomates y cortándolos en cuartos para ponerlos en una olla grande con un buen chorro de aceite. A su vez, cortaremos la cebolla y pelearemos el ajo para incorporarlos seguidamente a la misma olla. Es conveniente utilizar una tapa cuando hasta que el tomate se deshaga: es bonito ver como este va haciendo chup-chup en el fondo, pero no tanto salpicado en la pared…más allá de evitar un estropicio, tapar nuestra olla no ayudará a concentrar los vapores y con ello los olores y sabores de las verduras.
Una vez el tomate esté cocido, será momento de destaparlo para que termine de reducir todo el agua que ha soltado y pasarlo por el pasapurés. Puede dejar reducir unos minutos más en la olla, corrigiendo con sal o un poco de azúcar para evitar la acidez. También será el momento de añadir la albahaca, sin dejar que se cueza del todo para que no pierda todo su sabor.
Esta receta de origen italiano es un plato perfecto para unir dos de los productos con más sabor de la temporada: el tomate y la berenjena.
Ingredientes:
Elaboración
Un ingrediente fundamental para esta receta es, de nuevo, la salsa de tomate. Lo bueno de esto es que si os hemos animado con la receta anterior, ¡ya tendréis la mitad del trabajo hecho! Aunque si no disponemos de tomates frescos, también podremos utilizar un bote de tomate artesano triturado para freír con un poco de aceite.
Lo primero que haremos será cortar las berenjenas en rodajas finas y bañarlas en agua tibia y sal para que suelten parte de su sabor amargo. Una vez hayan reposado, ya podremos escurrirlas.
La forma más clásica y sencilla de cocinarlas es freírlas en una sartén con el aceite bien caliente, aunque hay quien las reboza con harina para darles un extra de crujiente o quien las cuece al horno para que absorban menos aceite y queden más ligeras. ¡Esto será según vuestros gustos!
Pero más allá de la berenjena, también hay varias fórmulas para hacer la parmigiana propiamente dicha: se puede añadir sólo la salsa de tomate y el parmesano o pecorino, o añadir además unas lonchas de jamón cocido, mozzarella….
En esta ocasión nos hemos ceñido a una de sus versiones más clásicas, extendiendo una primera y suculenta capa de salsa de tomate, alternándose con los distintos ingredientes: berenjena, setas portobello (previamente salteados), queso, berenjena y de nuevo salsa de tomate.
Lo mejor es terminar rallando un poco más de queso por encima y gratinarlo.
O meterlo en la nevera para que cuaje un poco y sacarlo para comerlo a temperatura ambiente.
Una receta que, de tan sencilla que es, se hace prácticamente sola y que es perfecta para cualquier comida o cena, ya sea como guarnición de pescados o carnes, como condimento de pastas y ensaladas cuando requieren más color y sabor o incluso en crema si se trituran una vez cocinados.
Ingredientes:
Elaboración:
Antes de preparar los tomates, mezcla en un bol una cucharada grande de cada especia con aceite. Es aconsejable dejar reposar la mezcla en aceite unos minutos, así se impregnará de más sabor y fragancia.
Una vez lavados los tomates, debemos ponerlos -con las ramas y todo- en una fuente de horno y bañarlos con un chorrito del aceite con las especias, sal y removerlos para que todo quede bien cubierto.
Mientras precalentamos el horno a 180º, con un golpe seco de cuchillo abrimos los ajos enteros con piel y los añadimos a la bandeja para hornearlos durante 30 minutos aproximadamente.
Lo importante es que suelten el jugo y estén muy tiernos así que, si a la media hora no parecen estar listos, podemos alargar un poco más el tiempo de horneado.
Los tomates se pueden conservar en el frigorífico con su propio aceite y duran hasta una semana, o en tarros al vacío con un poco más de aceite.
¡Que aproveche!
Si te gustan nuestros artículos, déjanos un comentario en nuestra página de Facebook. Descubre La Colmena que dice Sí aquí
comentarios