¡Incluso sin jardín, se puede cultivar! Gracias al cultivo en macetas, al compostaje urbano y a una buena elección de plantas, tu balcón puede convertirse en un verdadero ecosistema vivo.
Vives en la ciudad y crees que es imposible cultivar algo porque… ¿por qué exactamente? ¿Por la falta de jardín? ¿Por el cemento por todas partes? ¿Por la ausencia de tierra bajo tus pies? ¿Y si, al contrario, fuera una excelente oportunidad para replantearnos nuestra relación con lo vivo, incluso en lo alto de un edificio? ¿Para devolverle la vida a la ciudad?
No se necesita un jardín para jardinear. Un balcón, una terraza, un alféizar e incluso una cocina pueden convertirse en espacios fértiles. Aquí te explicamos cómo.
Cuanto más grandes sean tus macetas, más espacio tendrán tus plantas para extender sus raíces, desarrollarse y resistir al calor y al estrés hídrico. En la ciudad, el peso es un factor importante: revisa cuánto puede soportar tu balcón. Las macetas de plástico son ligeras pero retienen bien la humedad; las de barro son más transpirables pero mucho más pesadas. También existen macetas de geotextil: transpirables para las raíces, duraderas y estéticas (como las de las marcas Bacsac o Bourgeon).
No hay buen cultivo sin un buen suelo. En maceta, las plantas dependen por completo de lo que les ofrezcas. Elige un sustrato de calidad, idealmente sin turba (ya que no es sostenible; mejor cultivar de forma ecológica en el balcón) y enriquécelo con compost maduro o lombricompost.
Un sustrato con micorrizas dará muy buenos resultados. Las micorrizas son hongos beneficiosos que viven en simbiosis con las raíces de las plantas. Extienden su red subterránea (llamada micelio) para captar agua y nutrientes y transferirlos a la planta. A cambio, la planta les aporta azúcares. Esta red mejora la resistencia a la sequía, a ciertas enfermedades y estimula el crecimiento. Hoy en día se pueden encontrar en polvo o ya integradas en algunos sustratos.
Cubrir la superficie de las macetas con hojas secas, restos de poda o incluso cáscaras permite conservar la humedad, alimentar el suelo (lo cual es fundamental ya que las plantas en macetas dependen mucho de ti) y reducir la necesidad de riego.
Por último, si quieres cultivar sin usar sustrato, puedes probar la hidroponía. Esta técnica permite cultivar plantas directamente en agua; tú añades los nutrientes al agua y las plantas crecen muy rápido. Este método suele combinarse con la cría de peces, cuyas heces alimentan a las plantas, mientras que las raíces de las plantas purifican el agua: es un sistema acuapónico. Eso sí, requiere una instalación grande, así que necesitarás un balcón espacioso.
Incluso en maceta, se puede pensar como un jardinero. Distribuye tus plantas en capas:
¿Y por qué no añadir algunos frutales enanos (limonero o manzano columnar) para variar? Tampoco olvides los frutos rojos, que se dan muy bien en maceta: frambuesas, arándanos…
¿Tienes 4 jardineras? Prueba una rotación de cultivos en 4 años para evitar el agotamiento del suelo y prevenir enfermedades:
¡Y vuelta a empezar! Esta diversidad permite mantener un sustrato vivo y equilibrado. ¡Y no descuides las siembras!
Un compost es un ecosistema en miniatura. Tus residuos orgánicos (cáscaras, restos de frutas y verduras, posos de café…) son transformados por bacterias, hongos, insectos descomponedores y lombrices. Estos organismos degradan la materia, generan calor y convierten poco a poco tus restos en un humus negro y rico que podrás reutilizar en 4 a 6 meses.
Para que funcione:
Incluso sin jardín, puedes hacer compost en el balcón con bolsas especiales o simplemente usando macetas. El compostaje superficial también funciona muy bien: coloca tus residuos directamente en una capa fina sobre el sustrato y deja que la naturaleza actúe.
El lombricompostaje es una colaboración con lombrices (Eisenia foetida) para transformar tus residuos en oro negro. Estas lombrices consumen tus restos y los digieren. ¿El resultado? Un compost muy nutritivo (lombricompost) y un “té de compost” líquido que puedes diluir (1 parte por 10 de agua) para regar tus plantas.
Aspectos clave a tener en cuenta:
Con tus macetas fértiles, tus siembras estacionales, tus jardineras acolchadas y tus lombrices bien alimentadas, habrás recreado un pequeño ecosistema vivo en plena ciudad. Cultivar sobre cemento es posible. Y sobre todo: es necesario. Para devolver la biodiversidad a los balcones, reconectar con la naturaleza y saborear el verdadero gusto de lo vivo.
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