El rechazo a alimentos saludables tales como frutas y verduras es el pan nuestro de cada día de muchos padres y madres. Por ello muchos se preguntan cómo fomentar hábitos saludables de alimentación en los miembros más pequeños de la casa. En este artículo te damos unas cuantas ideas que te inspirarán para lidiar con los berrinches en la mesa.
Tenemos un problema
Según el estudio ALADINO 2019 sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad un 23,2% de niños y niñas en España sufren sobrepeso. Esta cifra, particularmente alta, corresponde a las familias con rentas más bajas y, en cambio, disminuye hasta un 11,9% en familias con rentas medias. Esto demuestra que, sí, la obesidad infantil también está atravesada por las diferencias socioeconómicas.
Este problema no sólo afecta a los niños y niñas de nuestro país, sino que es una tendencia global que afecta tanto a niños como adultos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el sobrepeso como epidemia global. Es sorprendente, pero la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo desde 1975 según datos de este mismo organismo.
Las causas de este problema son múltiples, entre las que encontramos el sedentarismo, el modelo de ocio, un aumento de la producción y consumo de comida ultra procesada (calórica y alta en grasa) e, incluso, el modelo laboral que nos obliga a largas jornadas y otorga poco tiempo a la conciliación de la vida personal y/o familiar.
Hoy nos centraremos en la alimentación saludable como herramienta para combatir esta epidemia en los niños y niñas, ya que, como sabéis uno de los motores principales en ¡La Colmena Que Dice Sí! es ofrecer a todo el mundo los medios para alimentarse mejor y esto también empieza por los más pequeños de la casa.
Berrinches en la mesa
Llegas a casa después de una larga jornada de trabajo, quizás estás lidiando con un proyecto estresante y muy exigente, o tienes problemas relacionados con el entorno laboral, pero aún así te esfuerzas por dejar esos problemas de lado y no trasladarlos a tu familia.
Pese al cansancio, procuras cocinar una comida saludable, que cubra todas las necesidades nutricionales del día, y te dé a ti y a los tuyos la energía suficiente para afrontar la siguiente jornada: en el caso de tus niños o niñas, seguramente una agenda repleta de actividades escolares y extraescolares que posibilitan la conciliación; en el tuyo, un sinfín de malabarismos para cumplir con tu trabajo y atender a tus peques.
Pones los deliciosos platos a la mesa y llega la hora tan temida: los críos no quieren comer el brócoli, o quizás no les gusta el tomate que has puesto en la ensalada, o el pescado tiene un olor demasiado fuerte y se niegan a siquiera probarlo. Son muchos los niños y niñas que rechazan la comida saludable, y que en cambio estarían encantados si les pones en el plato comida procesada, siempre mucho más atractiva y suculenta a sus ojos.
Ahora bien, pese a lo laboriosa que pueda resultar la tarea educativa de enseñar las bondades (¡y por qué no, los deliciosos sabores!) de la comida saludable, cuanto más temprano se inculquen esos hábitos, mejores decisiones nutricionales y alimentarias esos niños tomarán cuando lleguen a la edad adulta.
Por ello no podemos pasar por alto la importancia de actuar. Pero tranquilos, que con creatividad y paciencia, no es tarea imposible.
Cinco ideas que te ayudarán
1 – Los niños aprenden por imitación.
Es sabido a los cuatro vientos y pese a ello muchas veces olvidamos interiorizar este mantra. Así que lo primero, si queremos inculcar una relación sana con la comida, es mirar nuestros propios hábitos.
Son muchos los estudios que demuestran que, cuando una persona está engendrando un bebé, o acompaña este proceso como pareja, en su cerebro empiezan a producirse cambios neurales de todo tipo. Uno de estos cambios está relacionado con la consciencia de los propios hábitos.
Al convertirnos en madres (o padres) sentimos una mayor responsabilidad sobre nuestros actos, porque sabemos que nuestras acciones tendrán un impacto duradero en el crecimiento de nuestros niños y niñas. Es importante no pasar este dato desapercibido: si queremos que nuestros hijos e hijas tengan hábitos alimenticios saludables, primero prestemos atención a nuestra propia dieta.
2 – No tener alimentos prohibidos.
Según la Asociación Americana de Pediatría una estrategia más exitosa a largo plazo que la prohibición es aceptar la ingesta de estos alimentos con moderación, y como una excepción a la norma.
Es decir, como padres o madres podemos ceder frente a la petición de nuestros hijos e hijas de consumir una chuche, unas galletas de super o un helado industrial, siempre que esta concesión esté enmarcada dentro de una dieta variada y saludable, en la que ingieren frutas y verduras, pescado, carne y legumbres.
3 – La cocina: un gran aliado.
Cocinar puede ser un acto lúdico para ellos y por ello es una manera muy didáctica de que, no solo se relacionen con la ingesta de comida, sino con otros hábitos que le serán de gran ayuda en su vida adulta: planificar, pesar los alimentos, esperar mientras se cocinan, etc.
Los libros de recetas infantiles también son una buena opción para estimular su relación con la alimentación saludable. En cualquier caso, involucrar a los más pequeños en la planificación de las comidas es una estrategia segura.
4 – La planificación de las comidas empieza por la compra, ¿verdad?
Llevar a los más pequeños con nosotros cuando realizamos esta actividad, o incluso dejarlos participar en el proceso previo (cuando hacemos la lista de la compra en casa) es siempre una buena opción.
Las Colmenas son un excelente espacio para venir acompañados de los más pequeños: no sólo verán los alimentos en su estado más natural (¡no es raro encontrar alguna mariquita u otro tipo de insecto en las verduras que compras en tu Colmena, pues vienen directas del campo! y eso estimulará su creatividad), sino que además es una manera de involucrar a nuestras crías en la importancia de consumir alimentos locales desde bien pequeños.
Por último, muchos y muchas Responsables de Colmena realizan las distribuciones con sus pequeños, así que incluso puede ser un espacio para hacer nuevos amigos.
5 – ¿Sabías que las escuelas también pueden acoger una Colmena?
El entorno escolar juega un papel importantísimo en la alimentación de los niños y niñas. Son muchas las horas que nuestros hijos pasan en el espacio educativo, muchos de ellos y ellas incluso realizan dos o tres comidas del día en estos centros. Si como sociedad consideramos que las escuelas son espacios de aprendizaje en cuanto a las habilidades sociales, analíticas y motrices, ¿por qué dejamos la comida fuera de ello?
Celebramos medidas como las que anunció recientemente el Ministro de Consumo, Alberto Garzón: un proyecto de ley que busca promover la alimentación de calidad, saludable y sostenible en las escuelas, al incorporar por normativa que los menús en las escuelas incorporen al menos un 45% de frutas y verduras de temporada.
Más allá de este decreto, en ¡La Colmena Que Dice Sí! nos tomamos muy en serio la relación entre alimentación saludable y escuelas. Por ello promovemos que ambos proyectos puedan trabajar de la mano. Hay algunas escuelas que son pioneras en este camino y ya acogen una Colmena, como es el caso de la Escuela Infantil Municipal Poeta Gloria, que acoge la Colmena de Las Tablas en Madrid.
Acoger una Colmena es una manera de defender la alimentación sostenible y saludable, a la vez que permite realizar un proyecto pedagógico con mucho potencial.
¿Qué hay que hacer en la escuela para acoger una Colmena?
Acoger una Colmena es una experiencia que permite:
Solo hay que habilitar un pequeño espacio en la escuela durante 3 horas a la semana para hacer las distribuciones. El AMPA (si lo hay), algún otro miembro de la comunidad educativa o incluso un Responsable externo a la escuela, se puede encargar de dinamizar la Colmena con el apoyo y acompañamiento de ¡La Colmena Que Dice Sí! a lo largo de todo el proceso. Si quieres tener más información sobre cómo implementar este proyecto, y ¡escríbenos!. Estaremos encantados de darte todos los detalles.
Recuerda y repite como un mantra: los niños aprenden por imitación. Nuestro ejemplo importa. La represión no siempre funciona. Es mejor hacer pequeñas excepciones, que prohibir radicalmente la ingesta de ciertos alimentos. La cocina, y todo lo que la acompaña (planificación de la compra, elaboración de las comidas, e incluso, ¡el lavado de platos!), es nuestro gran aliado.
Por último, la escuela y su potencial didáctico también nos pueden ayudar en el cometido de inculcar hábitos alimenticios saludables en nuestros hijos e hijas. Porque juntos, siempre sumamos más.
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Escrito por Flavia Laurencich, Responsable de la Colmena de Guinardó – Bons Focs (Barcelona)
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