Ya quedan lejos las vacaciones navideñas y decimos adiós a las comidas y cenas, posiblemente más abundantes del año, al mismo son que brotan noticias, posts y recomendaciones que pretenden hacernos sentir mejor con un plan detox, el lavado del alma y los polvos desgrasantes de moda que prometen cuerpos nivel Dioses del Olimpo. Yo no voy a hablaros ni de kilos de más, ni de los milagros que venden borrón y cuenta nueva, ni del error de dejar de comer por haber comido mucho. Os voy a hablar precisamente de comida. De esa que ha quedado triste y sola en la nevera, de esos trocitos de merluza en salsa, de esas gambas que asoman la cabeza pidiendo auxilio, y de cómo aprovecharlas.
Me gusta pensar que comenzamos el año comiendo fruta, y es que aunque apenas de tiempo a masticar entre uva y uva mientras pedimos doce deseos es una bonita manera de comenzar un año nuevo saludable. Es por eso, que el comprar chorrocientos kilos de buena uva española “por si acaso” se acerca el vecino del 5º a escuchar las campanadas, no es problema. La idea es seguir tomándolas cada día. Y no porque las uvas sean súper alimentos con propiedades inmortales. No. Me refiero al consumo diario de fruta, señores. La que sea.
Por tanto, el hecho de que tengamos uvas de aquí no es problema, pero ¿qué hacemos antes de que se estropee todo lo que se ha comprado, se ha cocinado y no se ha comido? Hablábamos el mes pasado de un consumo responsable en navidad, pero estoy segura que algún despistado no hizo los deberes y ahora necesita un plan B. ¡Voilá! He aquí 5 ideas para reciclar los ingredientes que nos han quedado en la nevera:
De los turrones, polvorones y demás dulces, no hablamos porque estoy segura que todo el mundo compró lo justo y necesario para que a estas alturas del mes no queden restos, en cada rincón de casa, ¿verdad?
Ya hablamos hace unos meses de cocina de aprovechamiento y de cómo pequeñas acciones responsables en la compra y la cocina pueden mejorar desde la economía de nuestros bolsillos, al mundo en el que vivimos. Planificar y hacer buena gestión de lo que compramos y comemos, reutilizar ingredientes bajo el mantra “aquí no se tira nada”, aplicar la técnica ancestral de la conservación por frío y aprovechar la fortuna de disponer de un congelador en casa, comprar local y de temporada… son algunas de esas acciones que os recomiendo y que debemos poner en práctica en este año nuevo que tenemos por delante.
¡Feliz vuelta a la rutina!
Artículo escrito por Victoria Fagúndez Rodríguez, Dietista – Nutricionista. Podéis seguir a Victoria en su página de Facebook e Instagram.
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