Cuando uno se va a convertir en padre o madre, ve como todo su entorno (y ellos mismos) entra en una situación de enajenación transitoria, en la que de repente les entra una necesidad incontenible de comprar muchas cositas nuevas, relucientes, monas, pequeñas,…que muchas veces, ni siquiera sabe si va a necesitar ¿sacaleches? ¿contenedor de pañales ? y un sin fin de artilugios…
La necesidad real de muchas de las cosas que nos apetece comprar al ser padres, dependerán de cómo finalmente sea la crianza de nuestro bebé. No cómo creo que va a ser, si no de cómo finalmente acaba siendo! cuántos padres he visto comprar flamantes carritos y luego llevar a sus peques en la mochila porque es el único modo de que no llore, o el clásico de “no le dejaré que duerma con nosotros” y luego la minicuna sin estrenar!
En el mejor de los casos, usamos muchas de esas cosas para unos pocos meses y quedan prácticamente nuevas,…A medida que van creciendo, las necesidades cambian pero igualmente los niños van necesitando cosas, muuuuchas cosas, que suponen un gran deseembolso económico para los padres. Esa raqueta tan chula que usó durante un día porque no le gustó el tenis, o ese mono de esquí que le compraste y que se quedó pequeño tan rápido que tan sólo lo usaste un par de veces! En fin, todo un despropósito, si lo que queremos es que la sociedad vaya hacia un modelo de consumo más sostenible.
Con este panorama, y el gran potencial de reutilización de estos artículos, era de esperar que la economía colaborativa entrara con mucha fuerza en este ámbito. Y ha entrado a través de dos vías: a través de la compra-venta y a través del alquiler. En ambos casos, permite reutilizar y dar un segundo (o tercer) uso a esos artículos. Y esto a su vez, fomenta la mejora del medio ambiente, reduciendo la cantidad de residuos generados y el consumo de materias primas al evitar nueva fabricación de ese producto y contribuyendo de una manera importante a reducir las emisiones a la atmósfera.
Así que, la pregunta es ¿por qué recurrir a la compra de un objeto nuevo cada vez que necesitemos algo para nuestros peques si tenemos otras alternativas de consumo mucho más sensatas y respetuosas con el medio ambiente?
En mi caso particular, decidí crear Wallyboo, cuando nació mi segundo hijo, después de organizar un viaje con mi familia a Lanzarote, y ver que el tema logístico cuando viajas en avión con niños tan pequeños (en ese momento, 2 años la mayor y 3 meses el pequeño) se complicaba…Y mucho. E inicialmente, lo hice con la intención de que el alquiler entre particulares, facilitara esos viajes en familia.
Pero con el tiempo, me di cuenta del potencial que tenía el alquiler en este campo! En realidad hay muchos momentos, muchas situaciones, en los que seguro nos vendría bien alquilar algo para los niños. ¡Y qué mejor manera que alquilándola a otros padres! Por ejemplo :
En definitiva, el objetivo final de Wallyboo es poner la economía colaborativa al servicio de las familias, para ponerse en contacto y ayudarse, para intercambiar y ofrecer alternativas de consumo más sostenibles.
Artículo escrito por Elisa Chamorro, cofundadora de Wallyboo.
Si te gustan nuestros artículos, déjanos un comentario en nuestra página de Facebook. Descubre La Colmena que dice Sí aquí
comentarios