El kéfir es una bebida repleta de bacterias positivas para el organismo, vitaminas y proteínas. En este artículo te contamos todo sobre esta bebida, ¡e incluso te daremos la receta!
¿Qué es el kéfir?
Hay dos tipos de kéfir, kéfir de agua (también conocido como kéfir de frutas) y kéfir de leche. Estas son dos bebidas fermentadas diferentes: la primera es para calmar la sed y ligeramente espumosa, la segunda es más ácida y similar a beber yogur.
Para hacer kéfir necesitas granos de kéfir: son granoss de microorganismos que permiten la fermentación del agua azucarada o de un producto lácteo (según el tipo de kéfir que quieras obtener). ¿Y cómo se obtienen los granos de kéfir? Se encuentran en el kéfir mismo, que es donde crecen y se multiplican. El kéfir es una bebida viva que contiene los gérmenes de su descendencia. ¡Por lo tanto, es posible hacerlo una y otra vez!
La tradición dice que los granos de kéfir se transmiten de persona a persona. Un amigo o vecino puede darte algunos… ¡Incluso hay foros o grupos de Facebook para conseguirlos! Pero bueno, de hecho, la mayoría de la gente simplemente compra sus granos en la tienda (puede encontrarlos en la mayoría de las tiendas orgánicas).
¿Y de dónde viene esta idea un poco loca?
El kéfir de frutas habría sido descubierto en 1899 por Adolfo Lutz, pero fue el doctor Élie Metchnikoff (1845-1916), microbiólogo ruso y premio Nobel de Medicina, quien dedicó más investigaciones al mismo y lo llamó probiótico. Descubrió que el kéfir previene la putrefacción de los alimentos que pasan por el intestino, por lo que cura y actúa para un buen envejecimiento resembrando naturalmente nuestra flora intestinal. Según algunos estudios, el kéfir también fortalece el sistema inmunológico. En Rusia, se administra a convalecientes en hospitales y se recomienda beber 2 litros por día en épocas de enfermedad prolongada. También se dice que resuelve muchos problemas de la piel, incluidos el eccema y el acné. Finalmente, el kéfir aporta muchas vitaminas y minerales.
Receta para el kéfir de agua
Sientes ya las ganas de comenzar la producción de kéfir, ¿verdad? A continuación te desvelamos la receta. Busca un recipiente grande (tipo frasco de vidrio) y los siguientes ingredientes:
Ingredientes:
En el frasco de vidrio, poner los granos de kéfir y agregar todos los ingredientes, terminando con agua mineral. Aconsejamos exprimir el limón a usarlo entero con su piel porque le da amargor al conjunto.
Luego cierra el frasco, pero no herméticamente, el aire debe pasar de lo contrario el kéfir está bajo presión y podría explotar. Luego déjalo a temperatura ambiente, manteniéndolo alejado de la luz solar directa. Después de 24 horas, verás que el higo sube; es entonces que se considera que el kéfir está listo, aunque puedes dejarlo resposar hasta 48 horas.
Luego se debe filtrar con un colador y poner en una botella para mantenerlo fresco por un máximo de 3 días.
Para seguir rehaciendo kéfir, agrega de nuevo el zumo de limón y el higo y enjuaga los granos de kéfir en el fondo del frasco. Si no quieres seguir haciendo kéfir, puedes mantener los granos en un sitio fresco con agua y azúcar. Son posibles varias variaciones de este tipo de kéfir, como por ejemplo, se puede sustituir el higo por cualquier otra fruta fresca o seca: frambuesa, uva, menta, pepino…
Esta bebida se bebe muy fría. Puedes hacer de 1 a 2 litros al día, beberlo en ayunas por la mañana o ¡incluso como aperitivo!
Receta para el kéfir de leche
Esteriliza correctamente un recipiente de vidrio, añade los granos de kéfir y la leche, y cúbrelo con un paño. Las cantidades son las siguientes:
A continuación conserva en un lugar fresco y oculto de la luz directa:
Una vez tengas la leche kefirada, debes colarla a través de una muselina y guardarla en la nevera hasta un máximo de 7 días. Es mejor no utilizar un colador de metal porque el kéfir es ácido y podría reaccionar al metal.
Después podrás volver a reutilizar los granos de kéfir cuantas veces quieras añadiendo más leche.
Al principio es posible que te cueste apreciar su sabor agrio ligeramente carbonatado, pero puedes endulzarlo con miel, sirope o azúcar. Además de usarlo como bebida, también puedes usar el kéfir como sustituto del yogur acompañado con una ensalada de frutas, o como ingrediente de bizcochos, smothies, cremas dulces, cremas saladas, panes, aderezos para ensaladas e incluso, para marinar carnes.
Algunas recomendaciones
Como cualquier ser vivo, el kéfir puede morir. Para una mejor conservación, el agua debe ser absolutamente agua mineral, las frutas y plantas ecológicas y el azúcar sin refinar.
Otra recomendación es que no debes tener demasiados granos de kéfir en su preparación, o de lo contrario se asfixiarán.
Finalmente, el kéfir también almacena venenos, por lo que nunca debes fumar ni usar limpiadores químicos cerca del kéfir.
Existen varios signos que te indicarán que el kéfir está en mal estado: si los granos son viscosos, si hay un olor fuerte o si los granos se están reduciendo de tamaño.
Y para ampliar el tema…
Otra bebida llamada “viva” es el kombucha (literalmente “algas de té” en ruso) de Mongolia. Esta vez, no hay granos, sino una “madre” como para el vinagre. Este hongo crece en infusiones de té o dulces para convertirlos en una bebida con gas similar al kéfir de agua. Las virtudes de la kombucha son numerosas, permite en particular prevenir enfermedades, alergias y también puede actuar en periodos de alteración del sueño.
Entonces, ¿vas a adoptar una bebida “viva”?
Nota: por si no quieres hacer tu propio kéfir, en las Colmenas puedes comprar kéfir ya hecho. Y también kombucha.
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