El invernadero del futuro: autosuficiencia y soberanía alimentaria

El invernadero del futuro es un diseño innovador construido con materiales reciclados que interactúa con los fenómenos naturales del planeta para crear el entorno ideal para el crecimiento de una huerta familiar.

Las tecnologías y los conceptos que han inspirado el diseño fueron probados por más de 40 años de investigación y muchos de los principios básicos de construcción siguen el desarrollo en las  casas de Earthships de Michael Reynolds, así como de los invernaderos solares pasivos.

Para realizar el proyecto se tomaron en cuenta las siguientes consideraciones:

  • El invernadero fue construido semi-enterrado para aprovechar las propiedades aislantes de la tierra.
  • Se utilizaron neumáticos para hacer las paredes, rellenándolos con tierra (siguiendo el estilo de construcción de los earthships) para crear un microclima dentro del mismo.
  • Colocaron las placas de policarbonato clásicas de invernadero mirando hacia el sur para aprovechar al máximo las horas de sol estando en el hemisferio norte.
  • Abastecieron al invernadero de agua mediante un sistema de recogida de aguas pluviales. El agua se almacena en barriles en el interior, permitiendo además regular la temperatura del mismo.
  • Reciclaron y recuperaron materiales para la construcción.
  • Pensaron en un plan 100% DIY (Do It Yourself) para que todos sean capaces de poder autoconstruirlo.
  • El diseño permite la autosuficiencia y disponer de alimentos saludables todo el año.
  • Crear un espacio de esparcimiento y ocio para conectarse con la naturaleza.

De esta manera, la combinación de varios sistemas emergentes como: permacultura, energía solar pasiva, edificios vivos, earthships, agricultura biointensiva, entre otros, se presenta como una nueva forma de relacionarse con la naturaleza y los recursos naturales. Son movimientos que pretenden mejorar nuestra calidad  de vida denunciado que nuestra actual huella ecológica es insostenible con los límites físicos impuestos por nuestro finito planeta.

La seguridad alimentaria se está convirtiendo en una asunto crítico en todo el mundo. La sequía, la inestabilidad económica, el clima errático, los pesticidas, la contaminación y la desertificación son una amenaza real. Nuestra alimentación basada en gran medida en la agricultura corporativa y los mega supermercados forma parte de un sistema de consumo y de producción que no es racional ni sostenible (recordemos además que 1/3 de los alimentos que se producen a nivel mundial terminan siendo desperdiciados).

Por lo tanto, el invernadero del futuro es una alternativa eficaz y concreta a muchos de los problemas que afrontamos actualmente. Su creador, Francis Gendron, tuvo la idea luego de un curso de certificación en la Academia Earthship:

Empecé a pensar en todas las consecuencias que esto podría tener: ayudar a la gente a ser más flexible, autónoma y respetuosa con el medio ambiente. Recordé haber leído que el mayor consumo de energía en los países más fríos es debido a la importación de alimentos y, obviamente, de la calefacción doméstica. Nuestra comida viaja miles de kilómetros antes de encontrarse con nuestras bocas. Es genial tener acceso a los productos exóticos, pero en el caso de una crisis tecnológica o económica, una guerra, un desastre natural o cualquier otra cosa que se propague rápidamente a través de las fronteras es posible que no podamos tener acceso ¡a ninguno!

Según Francis Gendron “el proyecto del invernadero del futuro es un gran avance para el movimiento SAFE (Autonomía sostenible / Abundancia para todos), ya que sintetiza muchas de las mejores tecnologías sostenibles, resistentes y pasivas. Permite que cualquiera pueda comprenderlo y aplicarlo en sus propias vidas, y también anima a la gente a seguir innovando para que, juntos, podamos ser ¡un semilla para el cambio! Transformar la basura del pasado en la belleza y abundancia del futuro no es fácil, pero ¿qué otra cosa es más importante y mejor para hacer?”

La agricultura a pequeña escala: una solución de futuro

La lógica nos dice —y no lo decimos nosotros, sino el World Economic Forum— que otro sistema de producción es posible y, sin duda, necesario. Para que 2030 sea un sinónimo de «futuro para todos» necesitamos comer más sano y de forma más sostenible, reduciendo la agricultura y la ganadería de gran escala para sustituirla por granjas —grandes y pequeñas— que produzcan una amplia gama de productos diferentes y que necesiten de mano de obra, todo ello para crear una economía más local y, en definitiva, redonda. La revolución ya ha empezado y parece que el mundo se mueve, muy lentamente, hacia ese 2030 con un comercio local potente, comida orgánica, artesanal y real, con dietas basadas en frutas y verduras y con menos frituras y productos azucarados. La carne volverá a ser lo que era para nuestros padres y abuelos, un capricho a darse de vez en cuando y no un producto del que abusar.

¿Qué te parece esta iniciativa?
¿Te gustaría cultivar tu propios alimentos?

Artículo escrito por Diseño Social / En Facebook

Si te gustan nuestros artículos, déjanos un comentario en nuestra página de Facebook. Descubre La Colmena que dice Sí aquí

comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *