Cada vez más agricultores se agrupan en asociaciones o cooperativas para relocalizar sus canales de comercialización. En toda Europa, se multiplican las iniciativas que ofrecen soluciones territoriales.
“El objetivo de nuestra asociación es promover la carne a un precio justo”, explica Sandra Lagnieu, responsable de desarrollo de la asociación Viande des Pays de l’Ain, en Francia. Creada en 2018, reúne a unos sesenta ganaderos del departamento que han unido fuerzas para relocalizar su canal de comercialización.
En Francia, la agricultura, y en particular la ganadería, están perdiendo impulso. Según el censo agrícola de 2020, en diez años el país ha perdido un 30% de sus ganaderos. Entre los que permanecen, el 70% de las explotaciones cuya principal actividad es la venta de carne de vacuno son pequeñas estructuras. Frente a los mercados europeos e internacionales, a estos pequeños productores les resulta difícil competir.
Una comercialización territorial
En Francia, el 30% de la carne consumida es importada. Para diferenciarse, están surgiendo asociaciones y cooperativas que crean canales de comercialización alternativos. Es el caso de Alti Pyrénées Bio, ubicada en los Altos Pirineos. Esta pequeña cooperativa reúne a nueve ganaderos ecológicos de la región y ofrece dos canales de venta: compra directa a través de su web o en mercados locales, y compra en tiendas ecológicas y comercios gourmet locales. En 2022, el 48% de las explotaciones que vendían principalmente carne (excluyendo aves) lo hacían principalmente en la propia explotación agrícola, según la agencia Bio.
“La clave de la batalla es el precio”, señala Sandra Lagnieu. “Crear Viande des Pays de l’Ain ha permitido a los ganaderos del departamento negociar en circuitos convencionales donde sería imposible hacerlo en solitario. Defienden el coste de producción. Hoy todo el mundo quiere productos locales, pero no necesariamente está dispuesto a pagar su precio”.
Así, esta asociación comercializa su carne a nivel departamental, especialmente a través de grandes y medianas superficies, así como a profesionales de la restauración colectiva, un canal que está ganando mucha importancia. También venden directamente a los consumidores a través de algunas plataformas en línea, donde las condiciones ya son favorables desde el inicio, ya que pueden fijar un precio que realmente refleje el coste de su trabajo.
Relocalizar para salir de un mercado competitivo
Poner un nuevo significado en nuestro plato
Además de desarrollar circuitos territoriales, los grupos de agricultores también promueven la relocalización de los distintos actores del sector: “Con Viande du pays de l’Ain, favorecemos el sacrificio en mataderos del departamento o que estén geográficamente cerca de nuestros ganaderos”, explica la trabajadora de la asociación. En los Pirineos, la cooperativa Alti Pyrénées Bio utiliza la cooperativa Gaves, un taller de corte ubicado en Lourdes. Una manera de recrear vínculos para un consumo local, con menos emisiones de carbono y lo más virtuosa posible.
Autora: Elodie Potente
Foto de portada: Isabel Salcedo
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