Y es que todo empieza por un grano de trigo

El convencional lo seleccionan ingenieros para crecer lo más rápido posible con un máximo de fertilizantes. Recibe un promedio de 7 tratamientos con pesticidas y de 2 a 3 aportes de fertilizante nitrogenado químico sintético.

Pero a la vez no se deja que el trigo crezca demasiado alto (máximo 30 centímetros), porque dificultaría el trabajo de la máquina cosechadora.

Por su parte, el grano de trigo ecológico y artesanal, rebosa salud. Seleccionado por generaciones y generaciones de agricultores, por este hecho resiste bien a las enfermedades y se adapta particularmente a las especificidades locales. Además, sus tallos pueden ser de más de 1,80 m de altura.

Después del trigo, viene la harina

En nuestra mente, todos pensamos que el pan está hecho de harina, agua, sal y levadura. Y sí, esto es así para los panes artesanales. Incluso los mejores son con masa madre, una fermentación manual obtenida con harina y agua que el panadero refresca con amor varias veces al día, y día tras día. Podríamos decir que esto es su firma, su marca registrada, su secreto, su brillantez…

Foto de Montse Marmol, BonsFocs

En cambio, en las baguettes industriales se pueden encontrar hasta 14 aditivos adicionales. Gluten para hacer la masa más elástica y compatible con las máquinas, ácido ascórbico (vitamina C sintética), lecitina de soja, ácidos lácticos, ácido acético, conservantes… e incluso aromas artificiales de trigo. Y claro, levadura industrial, ese polvo mágico, con el que el pan sube al menos 4 veces más rápido.

Llega la hora de hornear

Las baguettes más industrializadas se cuecen en la misma “panadería”, la mayoría grandes cadenas que todos conocemos, o supermercados. El manejo es muy sencillo: solo hay que meter en el horno la pasta congelada, muchas de las cuales proceden de Europa del Este, agitar unos aromatizantes artificiales en los sopladores y ofrecer a los clientes una baguette que aún está muy caliente diciendo: “cuidado, acaba de salir del horno“… El plan ciertamente está hirviendo para quemarse los dedos pero, de fresco no tiene nada. Ha recorrido además casi 1500 kilómetros.

En los obradores artesanales por el contrario, todo se produce en el lugar, la harina se muele a la piedra del trigo que se ha cultivado en la finca y los panes se hornean en el horno de leña de la casa. Más local, imposible.

Y finalmente, es el momento de establecer un precio

En el bando del pan artesanal y ecológico, rico en fibra y vitaminas, este es el desglose del precio* para una hogaza de trigo de 1 kilo. Verás que el margen que les queda es poquito. Con este proyecto, Núria y su equipo de 3 LetrasPAN, apuestan por:

• Con tan solo 3 ingredientes elaboramos nuestros panes: Harina ecológica, Agua de Madrid y sal marina ecológica.
• Apostamos por harinas de calidad ecológicas, producto ecológico y a ser posible local, y de temporada
• Apoyamos a los agricultores en diferentes apuestas por el conocimiento de trigos locales y en peligro de extinción
• Facilitamos una buena alimentación con procesos de masa madre y largas fermentaciones que permiten mejores digestiones
• Valoramos los recursos naturales y por ello reducimos, reutilizamos y reciclamos
• Colaboramos con el no desperdicio de alimentos con diferentes iniciativas para que lo que producimos a diario se pueda disfrutar y no desperdiciar

Resultado: 4,20€, que bien administrado, puede durarte varios días si congelas una parte en el congelador y sacas las rebanadas cuando te hagan falta.

¿Cuál crees que es el precio de la blanquísima y vacía de nutrientes baguette industrial? Casi la mitad de precio. En una búsqueda hecha al azar de un conocido supermercado, el kilo sale a 2,64€.

Así que con 4,20€ puedes elegir entre comprarte 7,2 baguettes industriales o 1 hogaza de kilo, ecológica y artesanal. A esto hay que añadir que el día siguiente la baguette estará más dura que una piedra, mientras no es el caso de un pan artesanal. Puedes congelar los 2 panes sí, pero uno de ellos ya lo estaba. Y a nivel de cantidad, quizás te compras 3 o 4 baguettes a la semana. Y seguramente comerás compulsivamente tu baguette, mientras cuando comes pan artesanal, lo saboreas y normalmente lo acompañas con unos quesos, embutidos artesanales… y con 2 rebanadas, dado el valor nutricional, ya te sacias.

Ya vemos que aunque el pan artesanal es mucho más costoso de producir, cuando analizamos el precio, no sale más caro.

Pregúntate: ¿cuánto pagas por tu salud? y ¿prefieres destinar tu dinero a una panadera real y local, o a la ilusión que te venden los supermercados y cadenas de pan industrial?