Es inevitable generar basura a lo largo del día, pero ¿eres consciente del volumen que llegamos a producir? Al año llegan al mar 10 millones de toneladas de residuos, sobretodo de plástico. Basta con decirte que existen islas de basura que flotan por el océano.
Según Amigos de la Tierra, en España cada persona suele desechar de media unas 300 bolsas comerciales de plástico en un año y esto tiene consecuencias: los residuos marinos matan al año un millón de pájaros, 100.000 mamíferos acuáticos y gran cantidad de pescados.
¿Quieres saber más…?: el Banco Mundial realizó un informe donde mostró que cada español genera unos 500 kilos de residuos en el hogar y si sumamos todos los hogares, nos da como resultado aproximado 21 millones de toneladas al año. ¡Y esto sólo en un país! Además, un 60% de esta basura suele terminar en vertederos, dando como resultado contaminación, malos olores y muy malas imágenes de nuestras ciudades.
El modo de vida actual genera una gran cantidad de residuos, pero no todo está perdido, ya que los hábitos de consumo son susceptibles al cambio. Cada vez más personas han decidido cortar de raíz el problema y se han sumado al movimiento de hogares con residuo cero. ¿Cómo? Aquí van una serie de consejos muy sencillos para que reducir sea factible en nuestro día a día.
Recupera el carro de la compra y las bolsas de algodón
A la hora de ir a hacer la compra, opta por llevar un carro de los de toda la vida. Esto evitará que uses bolsas de plástico innecesarias. Para comprar fruta o verdura, puedes optar por bolsas de tela y cuando los alimentos pesen, pide que lo hagan sin la bolsa de plástico y guárdala directamente en la que ya traes de casa. Si sumamos las bolsas de los comercios, las de basura y las que se usan para congelar, tenemos 540 toneladas de bolsas de plástico cada día. ¿Impresiona verdad?
Vamos a ver lo que supone la elección de una bolsa de plástico: no sólo están los problemas relacionados con el uso del petróleo, sino que también hay que tener en cuenta la energía que se invierte en fabricar una única bolsa: 0’04 kWh. Esta es la cantidad de energía que se necesita para que la tele funcione durante media hora. Así que si todos los españoles dejamos de coger una bolsa ahorramos la energía que gasta una tele durante 2.233 años. Y todo esto, sin contar la energía que se emplea en el transporte de éstas.
Compra los productos en tiendas a granel
Pásate a la compra a granel. Comprar a peso suele ser entre un 10 y un 45% más barato que en un supermercado. Esta reducción se debe a que los productores se ahorran el coste del envasado y se simplifica el transporte. Además, adquieres la cantidad que consideres necesaria y evitas embalajes de plástico ya que en este tipo de tiendas, suelen usarse bolsas de papel.
Así que comprar a granel sale más barato y a la vez apoyas el pequeño comercio. Además, al poder comprar pequeñas cantidades, tienes la posibilidad de probar cosas nuevas y tener una dieta más variada. En España encontramos una gran cantidad de tiendas que venden a granel, así que te animamos a encontrar la que te quede más cercana y la pruebes.
Pásate a las bebidas con envases de cristal
Siempre que sea posible, evita comprar bebidas en botellas de plástico o Bricks, sobretodo en los formatos pequeños. Si nos paramos a pensar en un zumo de 200ml, vemos que aparte del Brick, viene acompañado de una pajita que está envuelta en una pequeña bolsa de plástico. Además, no compras únicamente un envase, suelen venir en packs de 3 a 6. Así que siempre que puedas utiliza botellas de acero o plástico reutilizable y prepara tus batidos y zumos. Con ello no sólo generas menos residuos, sino que son más sanos para nuestra salud ya que no contienen azúcar de más ni aditivos.
Cocina en casa siempre que puedas
Intenta no comprar alimentos precocinados. Los envases para su conservación suelen ser de plástico y la gran mayoría acaban en vertederos. Además, este tipo de comida procesada tienen una gran cantidad de aditivos y excesos de sal, ambos dañinos para la salud.
Compra en iniciativas de consumo local
Súmate a la compra de productos locales y de proximidad. Este gesto implica más de lo que creemos. Por una parte, evitamos transportes innecesarios y la contaminación que ello supone. Por otra, suelen suponer un gran ahorro de energía y suelen ser productos que no gastan en envases
¿Realmente necesitas ese producto?
Por último pero no menos importante, la recomendación más lógica pero al mismo tiempo, la más olvidada: pensar antes de comprar. Compra lo que necesites, recapacita a la hora de escoger un producto u otro y no te dejes llevar por las gangas, muchas veces innecesarias.
Con estos pequeños hábitos, podemos generar grandes cambios con un efecto muy positivo en el planeta. Como consumidores, podemos optar por un consumo más responsable y alejarnos de las pautas que la gran distribución intenta implantar en el día a día. Tomar conciencia es el primer paso y empezar, aunque sea poco a poco, es un gran proceso.
¿Te sumas al cambio?
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