GNOCCHI DE PRIMAVERA (ESPÁRRAGOS, GUISANTES, LIMÓN, FETA Y MENTA)

Este platillo lo tiene todo… es fresco, cítrico, herbal y hasta es un poco crujiente. Es como comer primavera…¡literalmente! Para esta receta vamos a usar dos grandes protagonistas de esta temporada: espárragos y guisantes.

Los espárragos por un lado, son un vegetal muy peculiar. Crecen solos como palitos clavados en la tierra y pueden ser de varios colores. El violeta y el verde se lo da la clorofila, que es un pigmento que se activa con la luz del sol. Por lo tanto, los espárragos blancos son blancos porque son cultivados con muy poca luz solar, ¿lo sabías?

Además, son extremadamente versátiles; se pueden comer crudos, hervidos, asados, al horno o al vapor. A nivel nutricional, son una excelente fuente de fibra soluble, lo cual significa que son un gran alimento para las bacterias que viven dentro de nuestro intestino, es decir para nuestra microbiota y por lo tanto, los consideramos prebióticos. También tienen altas cantidades de vitamina C, folato y hierro. Y por si no sabías, éstos tienen un compuesto llamado ácido asparagúsico, ¡que es aquel que hace que tu pipí huela raro!

Por otro lado, los guisantes son leguminosas, es decir, de la familia de la soja y de los garbanzos. Son altos en proteína vegetal ¡y también tienen una cantidad de fibra brutal! Una media taza de guisantes cocidos contienen 4 gramos de fibra, ¡que es el 10% de lo que necesitas en un día!

Esta receta, que como te digo sabe a primavera, te va a quedar súper fresquita, es ideal para esas comidas de fin de semana familiares o hasta para llevarte un tupper a la oficina. Cocinaremos los gnocchi de una manera poco convencional y dejaremos las verduritas blanqueadas para mantener su frescura. Por último, agregaremos nuestros toppings que le van a dar toda la personalidad a este plato. Así que sin más, esto es lo que necesitarás para esta receta y cómo prepararla:

Ingredientes para 3-4 personas:

  • 1 paquete de gnocchi
  • 1 manojo de espárragos
  • 300 gramos aprox. de guisantes frescos (sin la vaina) 
  • 1 cucharada de mantequilla de buena calidad o ghee (mantequilla clarificada) 
  • 1 cucharada de aceite de oliva extra virgen 
  • Sal y pimienta
  • ½ barra de queso feta 
  • Hojitas de menta para el final 
  • Jugo de ½ limón
  • Ralladura de la cáscara de 1 limón

¿Qué tienes que hacer?

Antes que nada, tienes sacar a los guisantes de su vaina…si, es un trabajo un poco laborioso pero vale toda la pena, ya que los guisantes frescos tienen un sabor mucho potente, dulce y fresco. Después, enjuaga con un poco de agua tus espárragos y únicamente corta la parte blanca del final, no es necesario que los peles, ¡la piel es donde hay más fibra! Corta los espárragos en trozos de 2-3 cm aproximadamente.

Pon agua a hervir con 1 cucharadita de sal. Una vez que esta hierva, agrega los guisantes y blanquéalos por 4-5 minutos hasta que tengan un color verde super brillante. Sin tirar el agua, sácalos con agua de una cuchara y ponlos en un escurridor, enseguida pásalos por un chorro de agua fría para detener la cocción. Puedes reservarlos en un bowl pequeño. 

En esa misma agua (¡porque todos aquí somos ahorradores de agua profesionales!), hierve los espárragos unos 3-4 minutos y repite el mismo proceso que los guisantes. Resérvalos junto con los guisantes. ¡No tires el agua todavía!

Finalmente, agrega tus gnocchi en el agua hirviendo y baja el a medio. La forma de saber que están listos es cuando se quedan flotando, tardarán muy poco, unos 2-3 minutos. Sácalos gnocchi y ponlos en un escurridor con un chorrito de aceite de olivo encima para que no se peguen entre ellos. 

En una sartén honda pon la mantequilla y 1 cucharada de aceite de oliva a calentar a fuego medio-alto.

Agrega los gnocchi y saltéalos hasta que estén un poco doraditos y crujientes. Una vez que estén así, agrega los guisantes y espárragos y saltea por unos 2-3 minutos.

Apaga el fuego y agrega el jugo de limón amarillo y la sal y pimienta.

Finalmente con tus manos rompe en trocitos pequeños el queso feta y espolvoréalo encima. Agrega la ralladura de limón y las hojas de menta y al final de todo, un poco de aceite de oliva para darle más sabor.

Disfruta de este súper platillo en family syle si así lo prefieres, es decir, sírvelo en la mesa directamente en tu sartén para que todo el mundo pueda servirse. Puedes comerla sola así tan cual, pero también es un gran acompañamiento de un salmón o trucha al horno.

Y ahora si, ¡a disfrutar!

Artículo escrito por Lucía Pichardo Sánchez / @thegoodinfood / thegoodinfood.com

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