Existe mucha confusión sobre qué alimentos son sanos y cuáles no lo son. La información no es siempre transparente, y para vender alimentos, ¡parece que todo vale! El Marketing de muchas empresas del sector alimentario se esfuerza en asegurar que todo es “rico y sano”, pero por suerte cada vez estamos más cerca del origen de los alimentos y sabemos qué se esconde realmente detrás de los productos.
En este artículo queremos hablar sin tapujos de los alimentos no saludables, pero que sin embargo están muy afincados en nuestra dieta. Para ello, hemos contado con la colaboración de Marta Gómez del blog Rivera Farmacia, que aporta consejos para combatir algunas enfermedades o dolencias. “Si deseas perder peso y evitar enfermedades crónicas, presta atención a cuáles no incluir en tu lista de la compra”, comenta Marta. También nos hemos inspirado con el nutricionista Aitor Sánchez y su blog #nutriciónrtve.
El azúcar y las bebidas azucaradas
El azúcar añadido es sin duda el peor ingrediente de la dieta moderna. Algunas fuentes de esta sustancia son peores que otras y las bebidas azucaradas ¡se llevan la palma! Cuando las personas consumimos calorías de azúcar, el cerebro no las “registra” como alimento. Por esta razón, las personas no compensan la ingesta comiendo menos cantidad de otros alimentos en su lugar, terminan aumentando drásticamente el consumo total de calorías.
El azúcar puede crear dependencia y su abuso produce sobrepeso, diabetes, caries o riesgo cardiovascular. Además, cuando es consumido en grandes cantidades, puede conducir a una fuerte resistencia a la insulina en el cuerpo y está fuertemente ligado a enfermedades hepáticas de grasa no alcohólica. También se asocia con varias enfermedades graves, como la diabetes tipo 2 y la cardiopatia.
Un freno importante para reducir esto es que la cantidad diaria orientativa del azúcar está hecha a razón de 90g. “El primer fallo es que se sigue dando a entender que las personas “tenemos” que llegar a esos 90g, como si estuviéramos hablando de vitaminas. Y por otro lado 90g es una cantidad mucho mayor que lo saludable. Con la nueva directriz de la OMS debería ser como mucho 20-25g. ¡Y lo peor de todo! Esa cantidad está indicada para adultos, pero también se pone para productos infantiles”, comenta Aitor Sánchez en su blog #nutriciónrtve.
Además, uno de los grandes problemas es que hay un montón de nomenclaturas bajo las cuales se puede ocultar el término azúcar, como jarabes, fructosas, maltodextrinas, maltosa, almidones modificados…
Por suerte, estar informados ahora es posible y proyectos como SinAzúcar.org nos dan la prueba más evidente: una serie de fotos en las que los productos aparecen acompañados de la cantidad de azúcar que contienen, medido en una unidad comprensible para todos: el terrón de azúcar.
¡Ojo también con los zumos de frutas que se venden en bricks! Porque creemos que serán lo mismo que un zumo recién exprimido ¡y no es verdad!, ya que en realidad son poco más que agua de azúcar con sabor a fruta. Es cierto que el jugo contiene algunos antioxidantes y vitamina C, pero esto debe ser comparado objetivamente contra la gran cantidad de azúcar líquido que contiene la bebida.
Así que no hay nada mejor que un vaso de agua, ¡tan simple como esto! Aunque añadiendo una rodaja de limón o naranja, o un poco de menta, ¡puedes innovar y disfrutar de bebidas saludables con un rico sabor! Y para los zumos, ¡pura fruta y verdura de calidad como carga explosiva para empezar el día con buen pie! El portal nutricional Soy Como Como nos habla de los zumos verdes, ¡el nuevo trend topic de la nutrición!
Las pizzas precocinadas
La pizza es uno de los alimentos comúnmente conocidos como “basura” más populares del mundo. Esto no es sorprendente, ya que tiene un sabor increíble y es apetecible a cualquier hora. El problema es que la mayoría de las pizzas precocinadas que se comercializan en las grandes superficies, son elaboradas con ingredientes seriamente perjudiciales para la salud. Por ejemplo, la masa se produce con harina de trigo altamente refinada, y las carnes utilizadas son generalmente procesadas. Además, la pizza es extremadamente alta en calorías.
Obviamente, la mejor alternativa son las pizzas caseras, eligiendo tanto para la masa como para el relleno ingredientes saludables.
Los panes comerciales
Como comenta Marta Gómez, los panes comerciales son insanos porque la gran mayoría de ellos están cocinados con trigo refinado, un componente bajo en nutrientes esenciales (calorías vacías) que conduce a rápidos picos de azúcar en la sangre. Además, el pan elaborado con trigo, es un cereal altamente equipado con la proteína del gluten y por ello son una mala opción para todas aquellas personas que padezcan de una enfermedad celíaca o de sensibilidad al gluten.
Sin duda, el pan artesanal es la mejor opción, y normalmente los obradores que elaboran este tipo de panes, tienen varias opciones de trigo y también variedades sin gluten.
Aceites vegetales industriales
En los últimos 100 años aproximadamente, la población ha aumentado drásticamente su consumo de grasas agregadas. Nos referimos sobretodo a aceites vegetales refinados, tales como el aceite de soja, el aceite de maíz, el aceite de semilla de algodón y el aceite de canola. “Estos alimentos son muy altos en ácidos grasos omega-6, un ácido que los seres humanos nunca han consumido en cantidades tan grandes antes. Hay muchos problemas serios con estos aceites. Son altamente sensibles a la oxidación y causan un mayor estrés oxidativo en el cuerpo. También se han relacionado con un mayor riesgo de padecer cáncer”, afirma Marta Gómez.
Como siempre, hay alternativas más saludables como el aceite de coco, la mantequilla artesanal, el aceite de aguacate o la base de nuestra dieta mediterránea: el aceite de oliva virgen extra.
¡Bendita información!
El pasado 13 de diciembre hubo una buena noticia porque entró en vigor la nueva normativa del etiquetado de los productos. Esta legislación proviene del 2014, pero no todos los aspectos eran de obligado cumplimiento hasta hace bien poco. Por ejemplo, ahora ya es obligatorio que todos los alimentos tengan la tabla nutricional. Es sin duda un paso más, pero según muchos nutricionistas esta normativa sigue teniendo ciertas incoherencias nutricionales y por tanto es insuficiente.
Además, cabe recordar que esta normativa solo afecta al etiquetado, pero no se refiere a la publicidad que hacen las marcas, que hacen declaraciones nutricionales o de salud muy poco transparentes o engañosas . Es decir, los productos van a poder seguir llamándose “funciona”, “bueno”, “digestivo”, “natural”, etc aunque la realidad sea otra bien diferente. Os dejamos con este vídeo tutorial del nutricionista Aitor Sánchez, que nos muestra diferentes productos y nos enseña qué significa su etiquetado realmente.
Para saber más:
Las fotos que muestran el azúcar oculto en tu comida, El Comidista, El País.
¿Cómo nos la van a seguir colando a pesar del nuevo etiquetado?, El blog de nutrición de Aitor Sánchez.
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