El título es capcioso, pues sin duda la pandemia sigue entre nosotros. Irrupción de la nueva variante, Ómicron, casos al alza, camas hospitalarias que vuelven a estar llenas debido a la sexta ola, pasaporte COVID para acceder a restaurantes y gimnasios. La pandemia no se ha ido, pero, sin duda, algo ha cambiado desde el verano de 2021.

Nuestros hábitos de consumo, el comercio online, la forma de trabajar e incluso la forma de vestir se han visto modificadas por el paso de la COVID-19 en nuestras vidas. Hemos sufrido, algunxs hemos perdido gente querida por el camino, otrxs hemos enfermado y también nos hemos recuperado. Pero no todo son experiencias negativas; algunos de los nuevos enfoques que adquirimos con la vivencia de la pandemia son, de hecho, positivos.

Uno de ellos es la mayor sensibilización ciudadana hacia la importancia de la alimentación sostenible y saludable.

Foto de Markus Spiske en Unsplash

Muchos estudios indican que los y las consumidoras postpandemia estamos más preocupadas por realizar una compra ética y sostenible que antes de la emergencia sanitaria [consultar ‘Back to Normal’ elaborado por In-Store Media]. Desde ¡La Colmena Que Dice Sí! llevamos más de 6 años trabajando por acercar la alimentación sostenible a los y las consumidoras del Estado español, así que celebramos este cambio de tendencia.

Las organizaciones mundiales y algunas instituciones gubernamentales también señalan la importancia de este cambio.  Sin ir más lejos, en el marco del 18º Congreso AECOC de Seguridad Alimentaria y Calidad, celebrado en febrero de 2021, la directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, apuntaba que “la producción de alimentos saludables y sostenibles debe ser un pilar fundamental para evitar que volvamos a tener crisis como la actual, ya sea de origen epidemiológico o por los efectos del cambio climático”. 

Foto de Markus Spiske en Unsplash

La alimentación sostenible no sólo aporta beneficios a nuestra salud y nos permite potenciar nuestro sistema inmunológico. También juega un papel fundamental en la lucha contra la crisis climática y, posiblemente, en la prevención de nuevas pandemias, tal y como apuntan diversos estudios científicos, entre ellos este estudio de la Universidad de Cambridge. Por ello merece la pena recordar por qué, ahora más que nunca, debemos seguir apoyando la producción sostenible de alimentos realizada por productores locales.

Con el fin de las restricciones, desciende nuestro consumo de alimentos saludables

Durante 2020 el consumo de productos alimenticios en general y de producción ecológica en particular se disparó en España. Los productores locales no daban abasto para satisfacer el fuerte incremento de la demanda. Todos celebramos este cambio de tendencia tan esperado, y muchos alertaron sobre la posibilidad de que este aumento en la demanda de productos locales y ecológicos  se quedara en una moda pasajera.

Ahora que parece que estamos volviendo a una cierta normalidad, aquellos indicadores tan positivos parecen descender o estabilizarse. Si bien hay estudios que demuestran que la concienciación hacia el consumo ético y sostenible creció entre un 20% y un 30% en lo que respecta a la compra online, otros estudios indican que solo un 36% de los consumidores está dispuesto a pagar los costes verdes que se generan y nunca más del 30% de subida del precio (Estudio Veepee-IESE sobre el futuro del e-commerce en España).

El último trimestre de 2021 vino a confirmar algunas de las voces más pesimistas. Los indicadores (no solo a nivel nacional, sino también a nivel europeo) muestran que la cesta de la compra de productos básicos se contrajo durante este período.

En España se produjo una caída del 9.6% en la cesta de productos básicos solo en el mes de junio, y el consumo de alimentos en el hogar descendió un -96% respecto a junio de 2020. Todas las categorías registraron bajadas en volumen, entre ellas, las hortalizas y las patatas frescas con una caída del 12.3%, o la fruta que descendió un 8% [datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA)]. 

En cambio, subió el consumo en ropa, tecnología y restauración. Parece que el incremento del heatlhy cooking sí que era una moda. 

Foto de Hermes Rivera en Unsplash

Ahora bien, en este contexto postpandémico creemos que vale la pena repasar algunas enseñanzas aprendidas durante estos dos años que no debemos perder de vista. 

Beneficios de la producción local, ecológica y de temporada

Todo parece indicar que con la flexibilización de las restricciones pasamos menos tiempo en casa y, como consecuencia, consumimos más en bares y restaurantes.

También, que decidimos gastar nuestro dinero en viajes o en actualizar nuestros dispositivos tecnológicos. Y eso está bien, llevábamos mucho tiempo esperando retomar nuestra actividades y es normal que esto venga acompañado de un nuevo cambio en nuestra manera de consumir.

Sin embargo, no debemos perder de vista el poder que tenemos como consumidores y su impacto en la configuración del mundo que queremos construir. La elección de nuestra dieta sí importa. Entre los beneficios directos (personales y sociales) que ofrece una alimentación sostenible y saludable se encuentran los siguientes:

• Tiene un impacto directo en nuestra salud. La producción local y ecológica está libre de antibióticos, de antiparasitarios, de organismos modificados genéticamente y de pesticidas. Esto tiene una consecuencia directa en las propiedades nutritivas de los alimentos que ingerimos, así como en evitar futuras resistencias de nuestros cuerpos a los medicamentos.

Foto de Markus Spiske en Unsplash

• Es una poderosa herramienta contra el cambio climático, y también contra la prevención de futuras pandemias. El sector de la alimentación representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y un 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. La producción local y ecológica reduce el desperdicio alimentario, el uso de envases y la emisión de CO2; preserva especies animales y vegetales autóctonas; protege la biodiversidad y, al tener un circuito de consumo local, disminuye notablemente la emisión de gases derivadas del transporte de mercancías.
• Nos permite fortalecer la soberanía alimentaria de nuestros territorios. La producción ecológica da trabajo digno a familias de productores locales, fortaleciendo las relaciones laborales justas y la economía local, al tiempo que disminuye la dependencia de economías extranjeras.

Así que, ahora que empieza un nuevo año y son fechas de hacer balance y repensarnos, no olvides incluir la compra local y sostenible entre tus nuevos propósitos.

Foto Flavia Laurencich

Desde ¡La Colmena Que Dice Sí! trabajamos todos los días para apoyar a los pequeños productores locales y brindar a todos y todas las herramientas para contribuir a un sistema alimentario más justo. Contamos con más de 60 comunidades de consumo que te ayudarán en el propósito de consumir local y sostenible. Así que ya sabes, en este 2022 únete al cambio y elige la Colmena más cercana a tu domicilio o crea una Colmena en tu comunidad. 

Escrito por Flavia Laurencich, Responsable de la Colmena de Guinardó – Bons Focs (Barcelona) y de la Colmena Cala Romana – Can Stella (Tarragona).

(Foto de portada de Markus Spiske en Unsplash)