Ecoavícola: la granja de pollos ecológicos que apuesta por la autosuficiencia energética

Situados en una de las zonas con menos contaminación de Catalunya, al lado del Parque Natural del Cadí-Moixeró, esta granja de pollos bio certificados es el fruto de la pasión temprana de Gerard, de años de esfuerzos personal y conocimientos adquiridos. Este productor catalán, que define su actividad profesional como una forma de vida, apuesta por recuperar la tradición avícola e ir más allá de las exigencias marcadas por la normativa CCPAE, incorporando prácticas de sostenibilidad en el funcionamiento de su granja.

“Nuestros pollos salen al campo desde que se abren las puertas del corral a primera hora del día y están corriendo toda la jornada, hasta que ellos mismos deciden entrar al gallinero a dormir”, afirma Gerard Casanova.

Foto propiedad de CCMA Catalunya Radio

¿Cómo surge Ecoavícola?

Aunque en mi casa no teníamos una conexión concreta con el mundo rural y la pagesia, desde muy pequeño sentí una fuerte pasión por la avicultura y los animales. Ello me llevó a estudiar Explotaciones Agrarias y, de la mano de mis estudios, comencé EcoAvícola desde cero: compré un campo, pedí ayudas públicas y lo hice sin tener nada de experiencia, ¡lanzándome a la piscina!

¿Cómo y cuándo decidiste que querías dedicarte a criar pollos ecológicos? ¿Qué te hizo decidirte por este modelo de producción en lugar de seguir el modelo más extendido de granja avícola industrial?

Como te comenté, desde pequeño me gustaban mucho las gallinas y las aves de corral. Cuando tenía catorce años, un vecino me regaló unas gallinas y las llevé a escondidas a mi casa, porque mis padres no me permitían tenerlas, y así comencé a criar aves de corral. Desde aquel momento hasta ahora, me he involucrado en diferentes asociaciones avícolas y de razas autóctonas, también participé en concursos de aves (faisanes, ocas, palomas, avicultura y aves de corral en general). 

Desde muy pequeño me estremecía pensar en las condiciones en las que están los animales en las macro granjas: la privación de la luz del sol, la falta de espacio para moverse y, en definitiva, el sufrimiento que padecen por estas condiciones. Disfruto viendo a los animales en buenas condiciones. Por ello desde muy pequeño tuve claro que mi granja sería con un sistema extensivo y respetuoso con el bienestar animal. 

¿Qué raza son vuestros pollos y cuáles son sus propiedades?

La raza de nuestros pollos es una variante del Red Label. Se trata de una variedad muy rústica, de crecimiento lento, que desarrolla mucho pecho (y, por tanto, pechuga) y una carne tierna. 

¿Qué impacto tiene en nuestra salud comer carne de pollo ecológico vs. el pollo criado en las granjas convencionales?

La carne de pollo es de las carnes en las que hay más diferencias entre el consumo convencional o ecológico. El porqué es claro: un pollo convencional (incluso dejando de lado la característica de que esté cargado de antibióticos, de medicamentos y grasas animales) está engordado en granjas con luz artificial, administrándole piensos que contienen mucha grasa. Esta alimentación y el espacio reducido donde se encuentran les impide moverse, y, por tanto, no desarrollan músculo, tienen mucha agua y son muy pobres nutricionalmente.

Nuestros pollos, en cambio, salen al campo desde que se abren las puertas del corral a primera hora del día y están corriendo toda la jornada, hasta que ellos mismos deciden entrar al gallinero a dormir. Esto hace que su músculo sea una carne de calidad, porque no sufrieron estrés, estuvieron siempre tranquilos, caminando o corriendo como han querido y cuando han querido. En el alimento que ingieren no hay transgénicos ni medicamentos. Por lo tanto, como puedes imaginar, la diferencia es abismal. 

¿Vuestros pollos cuentan con el certificado ecológico? 

Mis pollos son ecológicos y, me gusta explicarlo siempre, en mi práctica no me ciño exclusivamente a lo que nos exige la normativa del sello del CCPAE, sino que hago mucho más: mis pollos salen desde más pequeños a correr, tienen más espacio que el exigido en el interior del corral, me aseguro de que los patios siempre tengan hierba para que puedan picar, y, si veo que pueden haber pasado frío, les proporciono tratamientos con plantas medicinales. Es decir, además de ser ecológicos como marca la normativa, son pollos criados con mucho mimo y de una forma tradicional, como se hacía antiguamente.

¿Qué puedes explicarnos sobre la cría de pollos con el llamado sistema semiextensivo? ¿En qué consiste y qué papel juega en el cuidado de los entornos naturales y la biodiversidad?

Los pollos criados con el modelo extensivo o semiextensivo salen a pasturar, tienen patios y pueden correr libremente por ellos. La tierra donde ellos corren absorbe todos los nutrientes y deshechos que dejan a su paso. Es decir, que sus deshechos no contaminan ni cargan la tierra, ni tampoco, consecuentemente, el subsuelo o las aguas subterráneas. De esta manera nos aseguramos de que el ciclo es cerrado: de los deshechos de las gallinas se nutre la tierra, y de esta tierra nutricionalmente rica después saldrán flores y plantas, que a su vez serán consumidas por los pollos como alimento. Es una cadena natural, que no para nunca y que pervive en el tiempo porque está bien cuidada.

¿De qué se alimentan los pollos y cuántos meses viven antes de ser sacrificados? 

Se alimentan de una mezcla de cereales (certificados y ecológicos) y viven entre 90 y 120 días. Al ser pollos criados en absoluta libertad, también se alimentan de todos los vegetales e insectos (caracoles, hormigas y gusanos) que pueden ir cazando mientras salen en su día a día por el patio. Eso les gusta mucho. A veces ves como escarban la tierra, e incluso se pelean con otros pollos por un gusano. Cuando uno de ellos está escarbando la tierra y encuentra algún manjar, corre y se va hacia otra esquina del patio para estar más tranquilo y que ningún otro pollo pueda verlo y robarle su delicatessen. Es una dinámica divertida de ver.

En vuestra finca también tenéis paneles solares, vuestra furgoneta de reparto es microhíbrida y la recargáis por la noche con vuestra propia energía producida en la finca, ¿apostáis por un sistema integral de autosuficiencia?

Sin duda. Buscamos ser lo máximo de sostenibles posibles. En la explotación tenemos placas solares y un pozo de agua. La furgoneta microhíbrida también ayuda en este cometido, ya que reduce mucho las emisiones de CO2 emitidas al hacer el reparto.

Has establecido alianzas con otros productores de la zona para ofrecer al consumidor un abanico completo de diferentes tipos de carne (Salt de Colom, Dpagés y Cal Pauet). ¿Cómo surge esta alianza y qué te aporta?

Hemos formado un grupo de cuatro productores, en el que cooperamos en distintos ámbitos: nos aliamos para la distribución de nuestros productos, también en la promoción de nuestra actividad (si queremos ir a alguna feria) o en resolver dudas (fiscales, legales o administrativas). Todo esto surgió a raíz de que los cuatro estamos prácticamente en la misma comarca, y porque compartimos algunos clientes en común. Descubrimos que cada uno de manera individual estábamos enviando un paquete pequeño al mismo cliente, así que pensamos en unirnos y, por qué no, enviar un único paquete, para que la entrega sea más sostenible y la logística más sencilla. Así, poco a poco, hemos ido creciendo en la colaboración.

¿Es fundamental para el pequeño productor ecológico establecer alianzas como esta para sacar el proyecto adelante?

Sin duda, las colaboraciones con otras pequeñas granjas son fundamentales para tener más fuerza. A nivel individual es muy difícil luchar contra las multinacionales, contra las inercias comerciales que benefician a las macroempresas y a los supermercados. Si hacemos piña entre los productores somos mucho más fuertes, y nos sentimos también más respaldados. No sólo nos unimos para facilitar la logística de la distribución y hacerla más sostenible, sino para estar juntos y organizados frente a otros problemas que puedan surgir. 

Además de la unión con Salt de Colom, Dpagés y Cal Pauet, también formo parte de otro grupo de productores de pollos ecológicos en que nos damos soporte unos a otros en temas legales. Por ejemplo, próximamente habrá una subida muy alta del cereal y estamos estudiando cómo organizarnos para crear fórmulas con cereal de proximidad, que sea más sostenible y más económico. Vamos todos a una, que es lo importante.

Para terminar, ¿qué le dirías a tus consumidoras y consumidores?

Creo que es importante que la gente tome consciencia de que, en ocasiones, en este tipo de explotaciones pequeñas, no se puede elegir el peso del pollo, pues éste está influido por la climatología (si hace calor o hace frío), las propiedades del cereal que ingieren y otros factores determinantes que no siempre podemos controlar. Es muy difícil tener un peso óptimo para la clientela. Es importante que la gente valore que no podemos hacer magia. 

El aspecto logístico, por otra parte, también tiene un peso muy importante y desde casa no siempre se es consciente de toda la cadena. Para los pequeños productores como nosotros la posibilidad de juntar pedidos facilita mucho la entrega, reduce costes, y también emisiones de CO2 y, por tanto, contaminación. Por lo tanto, unir pedidos, como en el caso de las Colmenas, es muy positivo y a los productores nos ayuda mucho: ahorra desplazamientos, tareas de logística y contaminación.

Entrevista de Flavia Laurencich, Responsable de la Colmena de Guinardó – Bons Focs (Barcelona) y de la Colmena Cala Romana – Can Stella (Tarragona).

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