Andrés Muñoz es uno de los integrantes de la asociación Del Campo al Cole, que estos días es noticia por dos motivos: acaban de publicar junto con otras entidades la investigación “Los comedores escolares en España. Del diagnóstico a las propuestas de mejora” y además estrenan el documental “Alimentar el mañana“. Referentes en el gran tema de cómo alimentar mejor a nuestros hijos en el cole, Andrés nos explica cuál es el futuro en el que creen para que a través de la sensibilización, se consigan comedores de calidad.
¿Cómo nació el proyecto “Del Campo al Cole”?
La iniciativa surgió en 2014 de la mano de un grupo de personas concienciadas con el tema de la alimentación y muchos de los cuales acabábamos de tener hijos. Constituimos la asociación en el 2015 en Madrid, e inicialmente era una iniciativa que hacía un nexo de unión entre los colegios, principalmente públicos, y los productores, así que creamos una distribuidora con criterios sociales y medio ambientales. Con ese trabajo estuvimos un año y medio, pero tuvimos que interrumpirlo porque no había suficiente demanda por parte de los colegios para que toda nuestra actividad de distribución fuera rentable. Entonces hicimos una reflexión de ¿por qué era la situación así? Y nos dimos cuenta que una de las razones era porque no había conciencia social sobre la importancia de una alimentación escolar saludable y sostenible. Fue a partir de este momento que enfocamos nuestro trabajo en el tema de la sensibilización. Así creamos en 2016 nuestra primera campaña “Alimentando conciencias” donde publicamos un estudio “La alimentación escolar en España. Hacia un modelo más saludable y sostenible”, que iba a ser la antesala a nuestra segunda investigación ya más en profundidad, sobre el diagnóstico y las propuestas de mejora de los comedores escolares. Y que se acaba de publicar el 6 de septiembre. Además de esto también hemos estado grabando el documental alimentar el mañana, que se estrena este sábado 6 de octubre Festival Another Way Film Festival.
¿Cuáles son las diferentes formas de gestión a las que se puede optar para gestionar un comedor?
Esta decisión depende de cada Comunidad Autónoma. Por ejemplo en Cataluña está muy descentralizado. La Generalitat, que es quien tiene las competencias, las delega en los Consells Comarcals (Consejos Comarcales), y son ellos quienes deciden sobre la gestión. Y muchos de ellos han delegado la gestión en las AMPAS (Asociaciones de madres y padres) y son ellos quienes se encargan de escoger la empresa de comedor que hará las comidas. Una de estas pequeñas empresas es Ecomenja, que se encarga de contratar el personal de cocina que trabajará en la cocina in situ del colegio, y también hace el contacto directo con los productores.
En otras Comunidades, como en el caso de Galicia y en algunos comedores de Andalucía también, el AMPA decide que en lugar de contratar una empresa externa, se hace cargo ella de todo: contratar directamente a los cocineros, llevar la gestión de compras, contratar a los monitores, contabilidad, y demás tareas. El tema es que esto es todo un reto para las familias porque como padre no tienes por qué saber ni de política empresarial, ni de política de compras de un comedor… y tener que ocuparse de esto sin que sea tu trabajo principal y haciéndolo de manera voluntaria, no siempre es posible.
Nuestra visión dentro de la Confederación de Padres y Madres (CEAPA) es que no defendemos un modelo en concreto. Lo que pedimos es que ese modelo se adapte a lo que las familias demandan. Si las familias demandan poder contratar una empresa con los criterios que ella decida, perfecto. Si las familias quieren gestionarlo directamente porque se ven capaces y pueden hacerlo, adelante. Pero que no sea como algo impuesto desde la administración el mandarlo a un concurso con las grandes empresas, donde se fija el criterio del precio mínimo, en detrimento a la calidad. De hecho hay familias que quieren que sea la administración la que lo gestione, pero piden que desde la administración se fijen unos criterios de calidad y se tengan en cuenta los deseos de las familias.
En otras Comunidades Autónomas es directamente la Consejería de Educación la que licita el concurso y es por eso por lo que en muchos sitios las grandes multinacionales están allí haciendo su negocio.
De hecho ahora a nivel legislativo ha salido una nueva ley, la de Compra pública, que abre una ventana de oportunidad. Hasta ahora ha habido ayuntamientos muy sensibilizados que querían licitarlo con otros criterios pero la ley no se lo permitía, porque el único criterio era el precio. Entonces a la hora de concursar ganaba la empresa que tenía el precio más bajo. Ahora con esta ley se establece como criterio prioritario la relación calidad-precio, donde la calidad prima y además se pueden establecer otros criterios sociales y medio ambientales.
¿Cómo se explica vuestra visión en referencia al precio de los comedores escolares?
El precio es uno de los elementos más controvertidos cuando se trata de comedores escolares. La educación en los colegios públicos es gratuita, pero el servicio de comedor lo pagan las familias, no la administración pública. Es decir, en todas las Comunidades Autónomas (con la excepción de Murcia), es la administración quien decide como se gestiona y que fija un precio máximo, pero no es ella quien financia los comedores. Ese precio debe cubrir no sólo la comida en sí misma, sino también el coste del personal, como los monitores y otros gastos que implica el servicio. Esos precios máximos oscilan entre los 3,50 € de La Rioja y los 10,89 € de Navarra; sólo en el caso de la región de Murcia no hay un precio máximo.
Así que en este punto nos surge la duda de si debe ser el precio el único criterio cuando se trata de la alimentación de las nuevas generaciones. He aquí lo que nosotros llamamos una “tensión del precio”: si se mantiene un precio bajo o relativamente bajo, es difícil mejorar la calidad de la comida que se sirve; si se sube el precio, aumenta la presión económica que sufren las familias, lo que puede, en casos extremos, impedir que los estudiantes de los sectores de menores ingresos acceder al servicio de comedor. Dicho eso, es cierto que en muchos comedores escolares, con el precio público consiguen ofrecer una alimentación de calidad.
El problema principal que nosotros vemos, es que los comedores escolares a día de hoy, en un porcentaje de más del 50% están en manos de grandes empresas donde el ánimo de lucro hace que la calidad alimentaria se rebaje mucho. Las grandes multinacionales lo que van es a ajustar precios y a pagar lo menos posible por las materias primas, y también por los sueldos de los trabajadores. El problema creemos que es este y no tanto el precio, que creemos que no es un obstáculo irresoluble para que la calidad sea mejor.
Si consiguiéramos que el sistema de comedor fuera de otra manera, donde el lucro no estuviera por encima de la calidad alimentaria, conseguiríamos que en muchos colegios con un precio asequible se pudieran servir productos de calidad.
¿Cómo se puede concienciar a las familias sobre un cambio de consumo a nivel general?
A nosotros nos parece que el comedor escolar puede ser la excusa para concienciar distintos públicos. De hecho creemos que actualmente hay tantos “comederos”, en lugar de comedores de calidad porque existe una falta de concienciación. Tanto del personal docente y el equipo directivo, como también de las familias. Ya que en algunos casos lo que sucede en el comedor no se ve como un problema. Creemos que aquí hay un aspecto a trabajar. Y aparte también están los niños y niñas para concienciarlos desde pequeños en una alimentación de calidad.
Las herramientas que tienen las familias son varias: desde participar en la comisión de los comedores escolares, como la creación de comunidades de consumo en los propios colegios, por ejemplo. Hay muchas herramientas disponibles, pero el reto es muy grande. Partimos de una situación de poca conciencia y tenemos mucho trabajo por delante, aunque creo que va a ser una realidad que de aquí a 5 o 10 años va a cambiar porque se incluirá en un cambio global a nivel de sociedad.
¿Cuál es vuestra apuesta para “Alimentar el mañana”?
Apostamos para que haya una mejora en la calidad alimentaria, que sean productos ecológicos, de proximidad, eliminar la línea fría, que haya cocina in situ y se cocine en el día. No entendemos la aplicación de la línea fría, que es una lógica empresarial de reducción de costes, pero que para mi es contradictoria: en realidad lo que hace es que esos costes van destinados a unos costes de logística -cocinar varios días antes, transportar a largas distancias, almacenar- que además a nivel social y medio ambiental es insostenible y en cambio estos costes se podían destinar a mejorar la calidad de la comida.
Creemos en un modelo que potencie un entorno rural vivo, y que sea gestionado por el modelo que las familias y la comunidad educativa consideren. También queremos valorizar el espacio del comedor escolar, que creemos que tiene que ser un espacio donde se debe educar en hábitos de consumo y alimentación saludable. Además, pensamos que el personal docente y los equipos directivos tienen que formarse para poder utilizar la alimentación también como un recurso educativo. Que haya más conexión entre el comedor escolar y lo que sucede en el aula y también que sirva para educar a las familias.
¡Muchas gracias Andrés!
Si te gustan nuestros artículos, déjanos un comentario en nuestra página de Facebook. Descubre La Colmena que dice Sí aquí
comentarios