¿Por qué comer verde y naranja en primavera?

¿Te has preguntado alguna vez por qué se habla tanto de la importancia de una alimentación natural? ¿O por qué es tan importante que en nuestro día a día abunden las frutas y las verduras de temporada? Pues es debido a la cantidad de nutrientes que nos aportan y el efecto que estos tienen en nuestra salud. Además una alimentación natural no sólo es más saludable, sino que también es más respetuosa con el planeta en el que vivimos.

Los alimentos locales y propios de cada estación, recorren menos kilómetros hasta llegar a nuestra mesa, y esto es importante no sólo porque indirectamente producen menos emisiones de CO2 a la atmósfera, sino porque además, pueden ser recogidos en su punto de máxima maduración y por ello, ser más nutritivos (ya que son “alimentos vivos”). Además, los alimentos que recorren miles de Km son recogidos sin madurar (para aguantar todo el viaje sin ocasionar pérdidas económicas) y son conservados en cámaras frigoríficas con atmósfera controlada, es decir, con gases que contrarrestan la oxidación para ralentizar el momento de maduración.

Por lo tanto, cuando consumimos frutas y verduras de nuestra región y de temporada, estamos enriqueciendo nuestra salud con vitaminas y minerales que necesitamos para afrontar los fríos o calores del momento. La naturaleza, sabiamente nos ofrece en cada estación lo que nuestro organismo requiere para estar saludable.

¿Qué alimentos son los más recomendables en primavera y qué nos pueden aportar?

Las verduras de color verde. El verde es el color de la primavera por excelencia. Aquí se incluyen todas las verduras de hoja, incluso las que son ligeramente amargas, ideales para tonificar nuestro hígado.

Un ejemplo son: la acelga, alcachofa, diente de león, apio, brócoli, calabacín, espinaca, espárragos, guisantes, habas, judías verdes, puerro, cebolleta, lechugas, escarolas, rúcula, canónigos, hojas de nabo, hojas de remolacha…

Las verduras de color verde son una estupenda fuente de hierro vegetal, muy recomendable en caso de anemias o astenias primaverales.

Estos alimentos de color verde, también son ricos en calcio y otros nutrientes esenciales que nos ayudan a equilibrar nuestra salud ósea, reproductiva y nuestro sistema inmunitario. Si además nuestra dieta no incluye lácteos de origen animal, estas verduras no deben faltar en nuestra mesa.

Para optimizar la absorción de este calcio, es importante la vitamina D, “la vitamina del sol”. Así pues, estos alimentos de temporada, combinados con un poco de sol cada día, son una estupenda y saludable combinación. Recuerda que el mejor sol (y el menos dañino) es siempre el de las primeras horas de la mañana o el de las últimas horas de la tarde.

Esta estación es estupenda, para retomar el consumo de ensaladas o para combinar verduras crudas con patés vegetales o humus. Si queremos estimular nuestra digestión a diario, un buen hábito es tomar alguna verdura cruda antes de sentarnos a la mesa, por ejemplo una zanahoria o un trozo de apio, de esta manera estaremos preparando al estómago para que comience a liberar jugos gástricos y al mismo tiempo creando una base en el estómago de alimento fresco, hidratante y nutritivo. Las verduras poco cocinadas (como puede ser “al dente”) e incluso crudas, nos aportarán vitaminas antioxidantes y enzimas que nos ayudarán a eliminar radicales libres, prevenir el estrés oxidativo y equilibrar la “acidez” en el cuerpo.

Las frutas ricas en antioxidantes (principalmente vitamina C). Como día a día, vamos acercándonos a climas más cálidos y con más incidencia de los rayos solares, la naturaleza, que es muy sabia, nos proporciona alimentos con colores rojizos/anaranjados, ricos en betacarotenos protectores. Frutas como las fresas, los nísperos, los melocotones, albaricoques y las cerezas, son ricos en  esta sustancia que activa la fabricación de la vitamina A. Y esto es muy importante ya que esta vitamina tiene un gran poder antioxidante y nos ayudar a proteger mejor nuestra piel de las radiaciones solares, también es vital para regenerar todos los tejidos celulares de músculos y órganos de nuestro cuerpo, a tonificarlos y a tener una óptima salud ocular. Esta vitamina no sólo está en las frutas de color naranja, también podemos encontrarla en verduras del mismo color como la zanahoria o la calabaza que también pueden encontrarse en esta temporada.

En resumen, te aconsejo celebrar la llegada de la primavera conjugando alimentos verdes ricos en hierro para contrarrestar la astenia y de color  naranja, ricos en antioxidantes que nos ayudan a proteger nuestra piel del sol.  ¿Qué te parecen estos dos colores para prepararse para el verano? Estaré encantada de leer tus comentarios.


Autora: Marta de Food Green Mood

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