Nada desaparece, todo se transforma. Una flor es primero semilla, luego brota, más tarde se marchita y finalmente muere. Pero de la tierra fértil sale un rebrote, y así comienza un nuevo ciclo. Hay muchas maneras de aplicar este proceso natural a los materiales ya usados y también a la misma basura, y así crear nuevos objetos útiles o hasta auténticas obras de arte.
Un claro ejemplo de la aplicación de la conocida regla de las 3R (Reduce, Recicla y Reutiliza) a un ámbito urbano es Basurama. Este colectivo, nacido en la Escuela de Arquitectura de Madrid, utiliza la basura como recurso artístico y también como mobiliario en el espacio público. En una intervención conjunta con los vecinos de la Plaza de Cebada de Madrid para fomentar el uso temporal del solar que quedó tras derribar un polideportivo, se usaron lonas reutilizadas de publicidad.
Otros proyectos de concertación urbanística y street art transforman maderas inservibles en bibliotecas de calle donde cualquier transeúnte puede coger y dejar un libro para fomentar la lectura. Además de los recurrentes palets de obra para crear jardines verticales, mesas de juegos o parkings de bicis. Y todo gracias a una buena dosis de creatividad, mucha maña y sobretodo, desechos, muchos desechos.
Aparte de esta dimensión más artística, la reutilización está en auge: abundan los mercados de intercambio, algunos vertederos municipales permiten a los usuarios llevarse objetos en buen estado, hay tiendas que enseñan a reparar aparatos eléctricos, cursos para la autoreparación de la propia bici, así como la tradicional ruta por las calle “el día de los trastos viejos” para encontrar muebles. De esta manera, los ya antiguos hábitos de “usar y tirar” de la sociedad más consumista, se están reconduciendo hacia nuevas acciones más sostenibles.
Este periodo de fiestas es un buen momento para añadir una R más a la regla de oro de las 3R (Reduce, Recicla, Reutiliza) y obtener ¡Regala!, una buena apuesta de consumo para dar valor de obsequio a un objeto ya usado. El movimiento de moda Do It Yourself (Házlo tú mismo!) potencia las cosas hechas a mano y en sus creaciones más atrevidas también se utilizan desechos o materiales de segundo uso.
Otro ejemplo creativo son estas luces hechas con cápsulas de café, que acaban siendo una gran fuente de residuos porque no se consideran un embalaje reciclable. Así pues, siempre es más sostenible el café molido, ya que en cápsulas produce 10 veces más de residuos. Con 4 gramos de café por dosis y con precios que oscilan entre 60 y 90 euros el kilo, este café es sin duda el más costoso del mundo, tanto en el plano económico como medioambiental.
Reutilizar es por tanto una herramienta al alcance de todos para plantar las semillas de un mundo más sostenible.
Más info:
Drap-Art es una asociación sin ánimo de lucro fundada en 1995, que promueve el reciclaje creativo con la organización de festivales, exposiciones, mercados y talleres. Del 19 de diciembre al 4 de enero organiza el Drap-Art’14. Festival Internacional de Reciclaje Artístico de Cataluña.
El colectivo de Madrid Basurama se dedica a la investigación, a la producción y a la gestión cultural desde 2001 y ha centrado su área de estudio y actuación en las posibilidades creativas de los desechos.
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