Parte I: Consejos para comer del mar (sin acabar con él)

¿Cómo? ¿comes atún rojo? ¿Has pensado en el mar? La caballa tampoco es el camino a seguir. Y qué decir de las sardinas, o el salmón de piscifactoria… La verdad es que en los tiempos que corren, es difícil saber qué pescado tomar sin “vaciar” los océanos.

Empecemos por el principio: las lonjas de pescado

Seguramente muchos tendréis en la cabeza alguna escena de subastas de pescado en las lonjas, bien porque habéis vivido alguna o por haberla visto en televisión. Pero, ¿cómo funcionan? Las lonjas son locales que podemos encontrar en los puertos pesqueros y dónde se llevan a cabo las primeras ventas de pescado y marisco y son controladas por cofradías de pescadores.

En las lonjas el pescado es pesado y etiquetado para su posterior venta. La etiqueta da la información sobre la zona de captura, la denominación comercial, el nombre científico de la especie, el primer expedidor, el método de producción, la forma de presentación, el peso, el productor y el vendedor.

¿Cómo funciona una lonja?

 

A Elisabet, pescadera de “Peixateria Elisabet” y productora de pescado en la Colmena de Badalona, le preguntamos sobre la venta de pescado en las lonjas y si cualquier persona puede comprar y nos respondió: “No. Sólo pueden comprar pescado en las lonjas los pescaderos o mayoristas del pescado, porque creo que así hay más control de la pesca, todo tiene que pasar por la cinta de las lonjas”. En el caso de Cataluña explica que “tenemos que tener un aval de 6000 euros y entonces el gremio te da un número de identificación que te permite comprar. Cada lonja tiene su precio de aval”.

¿Cómo saber que un pescado es de calidad?

Todos sabemos las propiedades que el pescado aporta a la salud gracias a sus proteínas, ácidos grasos, vitaminas y minerales. ¿Qué ocurre? Que no se puede garantizar que el pescado que consumimos sea de calidad. Por una parte, nuestros ríos y mares están cada vez más contaminados. El 35% del pescado tiene plástico en el estómago debido a los residuos que se arrojan en el océano. Se calcula que un tercio del pescado que se pesca, podría contener de una a dos piezas de plástico en sus estómagos. Por otra parte, está el problema de la sobreexplotación de los mares.

¿Cómo saber cómo consumidor que el pescado de la pescadería ha sido capturado de manera sostenible? Pues muy sencillo, si lleva el certificado estándar MSC (Marine Stewardship Council) hay garantía de que se han cumplido los requisitos que la FAO propuso para una pesca salvaje sostenible. Si accedemos a su página web, podemos encontrar qué empresas de nuestro país lo cumplen. Y qué mejor que ser consumidores conscientes y comprometidos con nuestra manera de consumo. Aunque hay que decir que este sello también incluye algunas pesquerías poco respetuosas con los recursos marinos, entre ellas, marcas blancas de supermercados. Pero por el momento es un buen comienzo.

Rupert Howes, director ejecutivo de MSC, afirma que el pescado certificado como sostenible está creciendo en todo el mundo pero que en España, su crecimiento está siendo lento y un reto.

En España, por ejemplo el bacalao del mar de Barents de Agarba, la merluza de palangre del Atlántico Norte (Regal), la anchoa del Cantábrico, el Laredo, el bonito del norte del Cantábrico, la sardina de las cofradías vascas y el pulpo de Asturias occidental de las cofradías artesanales, tienen este sello.

También existe el certificado Slowfish, no tan conocido, que asegura un pescado de calidad, respetuoso y justo.

Opciones de compra de pescado, lo más directa y local posible 

La venta de pescado del pescador a las manos del consumidor, no es posible (a no ser claro está que tengas un amigo marinero o que te guste la pesca). Sabiendo que un pescador sale al mar muy temprano por la mañana (o tarde por la noche), que pesca a veces en condiciones difíciles, nos cuesta imaginarlo después cogiendo su furgoneta para hacer el tour de los mercados durante el día. Así que esta tarea pasa por las lonjas de pescado.

Lo mejor para asegurarnos la calidad y para saber la procedencia, es preguntar en nuestra pescadería habitual y asegurarnos de que el pescado proviene de la lonja más cercana y de la subasta de ese mismo día o el anterior. Como Elisabeth nos cuenta “nuestra filosofía es pescado super fresco de proximidad, que quiere decir que viene de los mares españoles, muy preparado, muy limpio, sin espinas y hecho con mucho amor. No puedo imaginar tratar el pescado de otra manera. Mi padre, Esteve Pujol, siempre nos enseñó a tratar el pescado con mucho amor”.

Otras opciones que trabajan con pescaderías de confianza son algunas cooperativas de consumo y también el sistema de Colmenas, en que se buscan pescaderías de barrio que informen con total trazabilidad y apuesten por una filosofía de proximidad y de pesca a pequeña escala.

Podemos encontrar también otras iniciativas como La Platjeta en Barcelona. Este proyecto busca dar a conocer el pescado y marisco que se puede encontrar en la zona, es decir, de proximidad. También está El Peix al Plat que surge a raíz de la gran explotación de los recursos marinos y de la forma que tenemos de elegir y consumir pescado. Estas iniciativas buscan concienciar a los consumidores, darles a conocer especias no tan consumidas y de temporada para poder recuperar poco a poco, aquellas tan explotadas que están en peligro de extinción. Además, velan por el cuidado marino y por la utilización de métodos de pesca más sostenibles y respetuosos.

¿Qué pescado como esta temporada?

Como consumidores, tenemos que saber que al igual que las frutas y las verduras, algunos pescados también tienen su calendario de temporada. Por ejemplo, el pescado azul tienen más omega-3 durante la época de primavera y verano. Para saber qué pescado comer cada temporada, tenemos varias web y guías que nos ayudan a elegir en nuestras pescaderías, como Mrgoodfish o Calendario de temporada del pescado y esta Guía de consumo responsable de marisco.

Como consumidores, podemos aportar nuestro granito de arena para contribuir al cambio y lograr que nuestros mares vuelvan a ser lo que eran. Las iniciativas están surgiendo y ahora está en nuestras manos aprender a consumir responsablemente y con conocimiento de causa.

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